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América Latina: ¿Qué le depara el 2012? PDF Imprimir Correo
Jueves, 05 de Enero de 2012 10:13

Acaba de iniciar el 2012 y es natural preguntarse qué le depara el año nuevo a las economías de América Latina, sobre todo cuando la crisis financiera en Europa persiste.

 

Sin duda, el entorno económico global será menos favorable. El crecimiento se ha atenuado en los países más grandes de la región. En el norte, Estados Unidos está creciendo un poco más rápido, pero en otras regiones la actividad se está desacelerando, incluso en China, que es un gran comprador de materias primas de la región.

 

Más importante aun es que los mercados financieros internacionales siguen bajo tensión, debido a que persisten dudas respecto a la salud de las economías avanzadas:

 

La evolución de la crisis financiera europea presenta el mayor riesgo. Los avances logrados hasta ahora hacia una solución integral de la situación fiscal y bancaria de Europa aun no han calmado a los mercados financieros.

 

Estados Unidos también presenta riesgos, dado que aún no ha establecido un balance duradero para la política fiscal, que le permita apoyar el crecimiento a corto plazo y asegurar la sostenibilidad a largo plazo.

 

 

Razones para ser cautos

 

¿Cómo se conjugan estos riesgos en la evaluación de las perspectivas económicas para las Américas en el 2012? Aunque nuestros primeros pronósticos del año solo se harán públicos dentro de unas semanas, podemos anticipar que las perspectivas para este año no serán mejores que las que presentamos en nuestro reporte Perspectivas Regionales de octubre pasado, (las nuevas proyecciones se publicarán el 24 de enero, en la actualización de Perspectivas de la economía mundial).

 

En la medida en que la crisis europea permanezca contenida, lo más probable es que el crecimiento en América Latina siga siendo positivo aunque algo menos rápido que en 2010-11. Aun si los problemas financieros de Europa no empeorasen, el deterioro del riesgo global ya ha comenzado a afectar a  América Latina. Si los riegos aumentasen, la región no será inmune. Una razón es que las filiales de bancos de la zona del euro mantienen una cuarta parte de los activos bancarios de los países latinoamericanos, y muchos de esos bancos están adoptando políticas de crédito más conservadoras para reforzar sus balances.

 

Si la crisis financiera en Europa se agravase, el impacto sobre la estabilidad financiera de los bancos filiales de la zona del euro en América Latina podría ser mucho mayor. A pesar de que estos bancos han tenido la precaución de financiar la mayor parte de sus actividades en América Latina con depósitos de residentes y en moneda local, es posible que generen una gran demanda por fondos en dólares, ya sea por una menor oferta de sus casas matrices o por un recorte de las líneas de crédito externa. Esta demanda podría generar una disminución en el crédito a los países de América Latina, lo que afectaría la confianza y la inversión privada. Más aun, si los trastornos financieros de Europa se propagasen a los países, los precios de las materias primas caerían, lo que sería a sería una mezcla tóxica para el crecimiento y la estabilidad en América Latina.

 

Preservar la estabilidad

 

¿Qué debieran hacer los países frente a estas perspectivas? Mucho depende de su actual situación macroeconómica.

 

En el área de la política monetaria, algunos países ya han reaccionado a la mayor incertidumbre externa y la desaceleración de la actividad doméstica adoptando una política neutral o expansiva, tomando ventaja de que la inflación está bajo control. El margen para actuar en esta área es menor para aquellos países con mayores niveles de inflación, tipos de cambio fijo o altamente dolarizados.

 

En el área fiscal, la principal lección que se desprende de la situación europea —y de las muchas crisis pasadas en América Latina— es que la solidez de las finanzas públicas es crucial. Los países que disponen de espacio fiscal, tienen la opción de aumentar el gasto público para combatir una desaceleración, como sucedió en 2009. Pero eso será más adelante, si los riesgos se materializan; no ahora. Otros países no tienen esa opción. La crisis europea ha mostrado una vez más que los países con déficits fiscales altos pueden sufrir pérdidas repentinas de credibilidad que derivan en inestabilidad financiera y fugas de capitales, aun si los niveles de deuda pública parecen manejables.

 

En el área financiera, debe intensificarse la supervisión de los sistemas financieros a fin de detectar señales de tensión, prestando especial atención a las presiones de liquidez.

 

La buena noticia es que muchos países de América Latina comienzan el 2012 con una situación macro económica y financiera sólida, resultado de haber adoptado políticas adecuadas desde la crisis de 2008. En especial, esa crisis ilustró la importancia de evitar contracciones drásticas en la liquidez durante periodos de incertidumbre.

 

En la mayoría de los países, la situación de los bancos es firme, los marcos de política monetaria son creíbles, el nivel de cobertura de las reservas internacionales es adecuado y las finanzas públicas son sólidas. El gran reto consistirá en mantener estas condiciones en un contexto de alta incertidumbre.

 

En resumen, nuestro consejo al empezar el 2012 es mantener un manejo económico prudente si el entorno externo es mucho mejor que el de finales del 2011, y estar preparados para el caso de que sea lo contrario.

 

Fuente: FMI