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América Latina y el Caribe mantienen resistencia a impactos económicos externos PDF Imprimir Correo
Sábado, 24 de Marzo de 2012 13:26

Según nuevo informe del BID, la región sufriría una recesión relativamente moderada si la crisis de la deuda europea empeora y la economía china se desacelera.

América Latina y el Caribe mantienen cierta resistencia ante una posible desaceleración en el crecimiento económico esultante de una profundización de la crisis de la deuda en Europa y de una desaceleración en China, según el Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe 2012 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

El informe, difundido durante la reunión anual del BID (Montevideo), analiza dos grandes riesgos que la región podría enfrentar este año: una desaceleración de la economía china más rápida que la esperada y una profundización de los problemas económicos de Europa. Mediante un modelo económico global, el estudio concluye que incluso si se cumplen esos dos escenarios, América Latina y el Caribe sufrirían una recesión relativamente moderada.

 

El estudio presentado a la Asamblea de Gobernadores del BID, “El mundo de los senderos que se bifurcan”, ofrece un análisis integral de los riesgos a corto y a mediano plazo para la región y una evaluación de sus principales vulnerabilidades y fortalezas macroeconómicas, así como recomendaciones de políticas.

 

“Somos cautamente optimistas respecto de América Latina y el Caribe. La región creció mucho durante los últimos años y mostró tener resistencia ante los choques”, comentó Santiago Levy, vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID. “Lo más importante es que la región desarrolló un conjunto de herramientas de políticas que probaron ser efectivas durante los reveses económicos”.

 

El informe destaca que varios países, especialmente exportadores de materias primas, han acumulado reservas internacionales que les ayudarían a protegerse de la turbulencia financiera internacional y han reducido sus pasivos externos. A diferencia del pasado, una mayoría de los países pudo implementar paquetes de estímulo fiscal efectivos para morigerar la desaceleración y han acumulado valiosas experiencias en la gestión de políticas anticíclicas.

 

La mayoría de las economías más grandes de la región adoptaron regímenes cambiarios flexibles que les permiten moderar las fluctuaciones. Además, en los últimos años, varios países implementaron políticas monetarias más sofisticadas y herramientas macro prudenciales tales como el uso activo de requisitos de liquidez para los bancos y medidas para frenar la apreciación cambiaria, medidas que fortalecieron la resistencia de la región ante otra posible crisis financiera internacional.

 

Vulnerabilidades y pruebas de estrés

 

“Aunque los escenarios económicos actuales no anticipan ni una crisis importante en Europa ni una fuerte desaceleración en China, el mundo es muy incierto en este momento; realmente estamos hablando de senderos que se bifurcan”, sostuvo Andrew Powell, asesor principal del Departamento de Investigación del BID y coordinador del estudio. “Nuestro informe demuestra que aumentó la resistencia de la región pero perduran ciertas vulnerabilidades que podrían limitar el alcance de las políticas anticíclicas de empeorar la crisis en Europa”.

 

Según el informe, la dependencia de América Latina y el Caribe de las exportaciones de productos primarios sigue siendo alta, y un aumento en los ingresos de capitales incrementó los pasivos en divisas del sector privado. Además, la presencia de un gran número de bancos europeos podría hacer que el sector financiero de la región fuera vulnerable a una restricción crediticia.

 

Bajo los escenarios de riesgo que se describen en el estudio, se llega a las siguientes conclusiones:

 

§  Las cuentas externas de América Latina y el Caribe mantienen cierta resistencia ante los impactos externos; en caso de ser necesario, la región debería seguir teniendo acceso al financiamiento externo y a fuentes de financiamiento oficiales. Desde 2008, la deuda externa del sector público ha disminuido y las reservas internacionales han aumentado en las economías exportadoras de productos primarios. Los niveles de deuda extranjera y las reservas internacionales de los países importadores de materias primas se mantuvieron mayormente estables. La composición de la deuda pública para la región mejoró, con más deuda de emisión local y con vencimientos más largos. Los países importadores de productos primarios vieron un aumento en los pasivos externos del sector privado, mayormente en inversión extranjera directa.

 

§  Una serie de regulaciones micro y macro prudenciales redujeron los riesgos latentes de problemas en el sector financiero derivados de fuertes ingresos de capitales y un auge del crédito en años recientes. Las medidas macro prudenciales que implementaron países de la región durante los últimos años incluyeron altos encajes bancarios y provisiones dinámicas. El informe recomienda que las autoridades vigilen atentamente las carteras bancarias, desarrollen reglas de gobierno corporativo para los bancos internacionales y proporcionen una supervisión rigurosa.

 

§  Un factor relativamente preocupante es que una mayoría de los países de la región hoy tiene menos margen para implementar paquetes de estímulo fiscal que después de la crisis de Lehman Brothers. En varios países que implementaron paquetes de estímulo fiscal en 2008, una parte de ese mayor gasto se habría vuelto permanente. De 23 países, sólo cuatro cuentan con márgenes amplios para implementar una política fiscal anticíclica ante una crisis financiera internacional. En sus paquetes de estímulo, los países con margen fiscal limitado deben diseñar medidas temporales que puedan abandonar una vez pasado el impacto negativo.

 

§  A diferencia del pasado, y con una variedad de regímenes cambiarios, una mayoría de los países lograron contener el crecimiento monetario y la inflación a pesar de los choques externos. De ocurrir otra gran crisis financiera, es probable que los países que usan metas de inflación no tengan tanta flexibilidad como para reducir las tasas de interés, pero sí cuentan con amplio margen para emplear herramientas no convencionales como la disminución de encajes bancarios o subastas de divisas para aumentar la liquidez doméstica. Las metas de inflación se basan en comunicación efectiva, y los países con este régimen podrían explicar más claramente en qué circunstancias emplearían las distintas herramientas y cómo se relacionan estas con los objetivos de la autoridad monetaria. Los países con tipos de cambio fijos o administrados probablemente deseen buscar nuevas maneras de aumentar su flexibilidad ante los impactos externos permitiendo mayores movimientos de salarios y precios domésticos.


§  La agudización de la crisis en Europa podría hacer que los principales bancos europeos presentes en la región aceleren sus venta de activos y reduzcan sus préstamos. Los reguladores bancarios deben controlar la conducta de todos los bancos y desarrollar reglas que permitan fortalecer el gobierno corporativo de las subsidiarias locales. Las autoridades podrán buscar controlar la liquidez bancaria a fin de asegurarse de que no haya turbulencias en los mercados financieros domésticos en caso de un impacto negativo externo, y debería trabajar con las instituciones europeas para asegurarse de que pueden vender activos latinoamericanos sin dificultades en caso de necesidad.


§  En caso de producirse una desaceleración de la economía china, se espera que los exportadores de metales se vean más afectados que los productores agrícolas de la región. La demanda china de metales resultaría afectada no sólo por una reducción del crecimiento económico chino sino también por un cambio anticipado en la composición del producto bruto interno, lo que implica una menor tasa de inversión. Los precios de los granos no resultarían tan afectados debido a que su demanda se relaciona con cambios a más largo plazo en los patrones de consumo de alimentos, que tienen poca probabilidad de revertirse. Según el estudio, los países y las compañías deben considerar la posibilidad de invertir en mecanismos de cobertura. Los riesgos no cubiertos por terceros pueden administrarse internamente mediante fondos de estabilización u otros instrumentos.

 

Fuente: BID