Una zona franca en Shanghai, para testear cambios en la economía china |
Lunes, 08 de Julio de 2013 11:13 |
El gobierno creó un área con más apertura cambiaria y financiera, posible prueba piloto para reformas que luego generalizaría.
China dio otro paso hacia una flexibilización de los controles de capital y una mayor convertibilidad de su moneda, al establecer un nuevo tipo de zona franca en Shanghai.
El Consejo de Estado de China (gabinete) anunció la creación de una zona piloto en Shanghai para testear algunas transformaciones financieras que el Estado contempla, tales como la liberalización de tasas de interés y la libre convertibilidad de la moneda, el renminbi, según informaciones aparecidas el jueves en medios oficiales.
De acuerdo con diversos analistas, la zona de libre comercio no sólo posibilitará la liberalización de las tasas de interés y la convertibilidad de la moneda sino “la innovación en productos financieros” y la captación de dinero extranjero o la inversión en acciones extranjeras por parte de las empresas.
Desde que asumió el cargo este año, el primer ministro Li Keqiang viene prometiendo cambios importantes para remodelar la economía y aumentar la competitividad.
En mayo, una reunión del gabinete presidida por Li dijo que para fin de año el gobierno diseñará un plan para la convertibilidad plena del renminbi (o yuan) y para que a los individuos chinos les sea más fácil invertir. Aun así, muchos analistas creen que la moneda china no será plenamente convertible hasta 2015 o 2018.
“El gabinete ve el experimento como un paso hacia un cambio de nivel de la economía”, dijo el jueves en un informe Qu Hongbin, economista de HSBC en Hong Kong. “Y que después la prueba piloto se extienda a todo el país”.
No resulta claro cómo funcionará exactamente la zona de libre comercio, pero probablemente empresarios y traders tengan allí más facilidad para importar y exportar y para convertir moneda extranjera.
La aprobación de la zona franca refuerza a Shanghai, que en 2009 obtuvo la aprobación del Consejo de Estado para convertirse en un centro financiero, de modo de competir mejor con Hong Kong, Londres, Nueva York y Tokio.
Aun siendo la segunda economía del mundo, China mantiene estrictos controles sobre los flujos de capital y las inversiones transfronterizas. También tiene un control estricto de las tasas de interés. Lo hace, en parte, como protección contra posibles amenazas de especuladores cambiarios extranjeros y para evitar que grandes flujos de dinero afecten al sistema bancario o a la economía.
Pero el país está avanzando con planes para integrarse a la economía mundial. Las reformas facilitarían el cambio del renminbi, creando el escenario para que la moneda rivalice algún día con el dólar como moneda de reserva.
Después de años de crecimiento espectacular, la economía china muestra este año signos de debilitamiento, y los economistas alertan sobre posibles riesgos bancarios.
Shanghai, de 20 millones de habitantes, es sede de los mayores puertos y centros de transferencia de transporte, y aspira a convertirse en un centro logístico internacional. En 2005, Shanghai inauguró la primera fase del Puerto de Aguas Profundas de Yangshan, que eventualmente podría llegar a ser el mayor puerto de contenedores del mundo. A un costo de US$18.000 millones, el puerto está en una isla a la que se llega por un puente marino de 20 millas.
Fuente: iEco - Clarin.com |