Estudio Económico de América Latina y el Caribe Tres décadas de crecimiento desigual e inestable |
Friday, 06 December 2013 13:43 |
La edición número 65 del Estudio Económico de América Latina y el Caribe, al igual que en ediciones previas, analiza en la primera parte el desempeño reciente de las economías de la región y sus perspectivas para el año, y en la segunda se discuten aspectos de largo plazo del desarrollo económico de América Latina y el Caribe. En la primera parte se destaca que durante 2013 la región ha seguido enfrentando una situación económica mundial muy variable, como consecuencia de la lenta resolución de la crisis de la deuda en varios países de la zona del euro, los episodios de alta incertidumbre ante el agravamiento de la situación en algunos de esos países, las respuestas políticas en economías desarrolladas que han redundado en un significativo aumento de la liquidez mundial, y la desaceleración de algunas grandes economías asiáticas. A la vez, los Estados Unidos, si bien han comenzado a mostrar signos de cierta mejoría, no terminan de consolidar su recuperación. Durante 2013 el entorno externo de la región continuará siendo turbulento, lo que conducirá a un bajo crecimiento de la demanda de las exportaciones así como a una interrupción del aumento de sus precios e incluso, en ciertos casos, una reducción. Asimismo, se analizan también las consecuencias de este entorno externo en la región y la respuesta de las políticas macroeconómicas para amortiguar los efectos de la pérdida de dinamismo de la economía mundial.
Se constata que, en este contexto, las exportaciones netas han dejado de ser el principal impulsor de la demanda, rol que por segundo año consecutivo ha sido desempeñado por el consumo —apoyado en los incrementos de empleo, salarios reales y crédito— seguido por la inversión. Las apreciaciones reales de las monedas que se produjeron debido a la elevada liquidez mundial han agudizado los problemas de competitividad de los sectores transables y han estimulado el gasto en bienes importados, lo que ha aumentado el déficit en cuenta corriente.
Desde fines de 2012 y en lo transcurrido de 2013 la falta de dinamismo de las exportaciones y las perspectivas de un menor crecimiento de la economía mundial se han reflejado en una progresiva desaceleración de la actividad, con ritmos de crecimiento más bajos en variables clave como los volúmenes exportados, la inversión y el empleo. En síntesis, América Latina y el Caribe enfrenta en 2013 un contexto externo poco dinámico frente al cual la política macroeconómica deberá graduarse con cautela para evitar agravar posibles desequilibrios, en particular en la cuenta corriente. La región, con ciertas excepciones, posee en general fortalezas importantes para hacer frente a estos desafíos: reservas internacionales elevadas, escasa deuda pública externa y bajos niveles inflacionarios. Si bien esto otorga cierto espacio a la política monetaria y fiscal para moderar choques externos transitorios, un escenario de lento crecimiento mundial como el previsto hace también necesario adoptar medidas para un cambio estructural que aumente la competitividad y potencie los factores de largo plazo del crecimiento. En la segunda parte de esta edición del Estudio Económico se aborda esta discusión desde el punto de vista del aporte de las políticas macroeconómicas al crecimiento. Para ello, se analizan en primer lugar los rasgos estilizados del crecimiento durante las últimas tres décadas, desde la crisis de la deuda de los años ochenta hasta el presente. Se constata que, salvo en unos pocos casos, el crecimiento del PIB per cápita ha sido muy bajo y la convergencia hacia los niveles de los países más desarrollados ha sido escasa. Se destaca el bajo nivel de inversión y la dependencia respecto del ahorro externo, cuyas fluctuaciones han determinado en gran medida la elevada variabilidad del crecimiento. Además, se ilustra el insuficiente avance en el aumento de la productividad. No obstante, durante estas tres décadas la región ha experimentado cambios significativos en cuanto a inserción externa y regímenes macroeconómicos, que se han expresado en una mayor solidez de las finanzas públicas, menores niveles de inflación y desempleo, y avances en materia de pobreza y distribución del ingreso. Dichos avances constituyen una buena base para lograr un aumento de los niveles de inversión, principal canal a través del cual se materializa el cambio estructural y el incremento de la productividad. Los requerimientos para ello son multidimensionales ya que incluyen aspectos de desarrollo productivo e institucional y exceden el ámbito de las políticas macroeconómicas. No obstante, la contribución de la política macroeconómica es clave, ya que previene la acumulación de desequilibrios que desembocan en crisis, creando así las condiciones necesarias para desplegar acciones contracíclicas que permitan sostener el crecimiento del producto y el empleo, y resulten en tasas de interés reales que apoyen la inversión y un tipo de cambio real que favorezca la competitividad de los sectores transables.
Documento completo en: http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/4/50484/EstudioEconomico2013completo.pdf Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
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