El comienzo de un nuevo año
típicamente trae una nueva dosis de optimismo. Sin embargo, hoy lo que se
siente en gran parte de América Latina y el Caribe es inquietud, ya que el 2015
comenzó con una nueva reducción de las expectativas de crecimiento. Ahora se
prevé que la región crecerá apenas 1¼% este año, aproximadamente la misma baja
tasa que en 2014 y casi 1 punto porcentual por debajo de nuestro pronóstico
anterior. El desafiante contexto externo representa un lastre importante para
muchos países. Pero no es demasiado tarde para hacer una lista de buenos
propósitos para el año nuevo con el objetivo de abordar las debilidades
internas y mejorar las perspectivas de crecimiento.
Ganadores y
perdedores de la caída de los precios del petróleo
Los precios de las materias primas
han seguido bajando debido al debilitamiento inesperado de la demanda en varias
de las principales economías, entre ellas, China. El caso más notorio
últimamente ha sido el del petróleo, en el cual el crecimiento de la oferta
también ha desempeñado un papel importante en la disminución de los precios. En este contexto, hemos vuelto a
revisar a la baja nuestro pronóstico para el crecimiento mundial, que se ubica
ahora en apenas el 3½% para 2015. Las perspectivas de crecimiento en Estados
Unidos han mejorado, pero la debilidad en la zona del euro, China y Japón está
afectando la actividad mundial.
En términos generales se prevé que la
caída de los precios del petróleo sea neutral para América Latina y el Caribe
en su conjunto, pero los efectos a nivel de países individuales son muy
diferentes.
• La economía de Venezuela será la
más afectada, y la proyección actual es de una caída en el nivel de actividad
de 7% en 2015. De hecho, cada disminución de US$10 de los precios del petróleo
acarrea un deterioro de la balanza comercial de Venezuela del orden de 3½% del
PIB, un impacto muchísimo mayor que para cualquier otro país de la región. La
pérdida de ingresos de exportación agudiza los problemas fiscales y la recesión
económica.
• En un menor grado, la caída de los
precios del petróleo también afecta las perspectivas de crecimiento de Bolivia
(cuyas elevadas exportaciones de gas natural están asociadas al precio del
petróleo), Colombia y Ecuador. Los balances fiscales sufrirán por la caída de
los ingresos del petróleo en estos tres países, pero las posiciones iniciales
son lo suficientemente sólidas como para hacer frente al impacto. México, a su
vez, cuenta con cobertura financiera para proteger sus ingresos del petróleo en
2015. Además, el sector del petróleo desempeña un papel relativamente modesto
en su economía, de manera que el impacto global es limitado.
• En términos generales, el resto de
la región se debería beneficiar de la caída de los precios del petróleo. Los
principales beneficiarios son los países con onerosas importaciones de
petróleo, como en América Central y el Caribe. Pero es necesario introducir una
nota de cautela, ya que varios de estos países se han estado beneficiando hasta
ahora de las entregas de petróleo subvencionadas por Venezuela en el marco del
acuerdo Petrocaribe. Dadas las crecientes tensiones económicas en este país, su
apoyo al programa Petrocaribe ha comenzado a reducirse. Para la mayoría de los
países beneficiarios, la caída del precio de mercado del petróleo debería más
que compensar la pérdida potencial de financiamiento en términos favorables
proveniente de Venezuela, pero en algunos países el sector público podría
enfrentar presiones de flujo de caja de corto plazo.
A más largo plazo, una persistente
debilidad de los precios del petróleo también podría limitar el potencial
asociado al desarrollo de los recursos de hidrocarburos aún sin explotar de
algunos países como Argentina, Brasil y México.
Perspectivas más
débiles en América del Sur
Aunque, en general, la caída de los
precios del petróleo no afecta demasiado las perspectivas regionales a corto
plazo, la historia no termina aquí. América del Sur, en particular, se enfrenta
a fuertes vientos en contra derivados del crecimiento mundial aún mediocre y la
continua caída de los precios de los metales y las materias primas agrícolas.
Al mismo tiempo, se beneficia poco de la recuperación más vigorosa en Estados
Unidos. Como consecuencia, ahora se proyecta que las exportaciones crezcan solo
1% en promedio este año.
• Los desafíos económicos a los que
se enfrenta América del Sur son incluso más evidentes en el caso de la
inversión, que se ha desacelerado cada año desde 2010 y ahora se proyecta que
se contraiga en 2015. Más allá del impacto derivado del deterioro del contexto
externo, varios factores internos están afectando la inversión:
• Un buen ejemplo es Brasil, donde la
confianza del sector privado se ha mantenido obstinadamente débil incluso
después de que se disipara la incertidumbre relacionada con las elecciones. La
actividad económica se mantiene anémica, y ahora se proyecta un crecimiento del
producto de solamente 0,3% este año. Por el lado positivo, el renovado
compromiso de las autoridades de contener el déficit fiscal y reducir la inflación
debería ayudar a apuntalar la confianza en el marco de política macroeconómica
de Brasil.
• En comparación, las expectativas de
crecimiento en el caso de Chile y Perú son más favorables, pero también se han
revisado a la baja desde octubre. En Chile, la incertidumbre en torno al
impacto de las reformas de política parece estar afectando la inversión. En el
caso de Perú, la debilidad de las exportaciones y la inversión ha provocado una
fuerte desaceleración de la actividad económica recientemente, pero se prevé
que las medidas concertadas de política económica y el desarrollo de nuevos
proyectos en el sector de la minería favorezcan un repunte significativo de la
actividad este año.
A pesar de la moderación de las
presiones cambiarias y de un crecimiento más vigoroso de lo previsto en 2014,
Argentina continúa haciendo frente a importantes desequilibrios
macroeconómicos. Según nuestras previsiones, la economía se contraerá en 2015.
Mejores condiciones
en el norte
En el caso de México, en cambio,
proyectamos un crecimiento del 3,2% este año —un pronóstico sólido, aunque
inferior a lo previsto anteriormente, dado que la persistente debilidad de la
demanda interna neutraliza los efectos positivos del crecimiento más vigoroso
en Estados Unidos.
Por el lado positivo, las
perspectivas para América Central han mejorado como consecuencia de la caída de
los precios del petróleo y la sólida recuperación en Estados Unidos. Las
remesas crecieron un 9% (interanual) en los tres primeros trimestres de 2014 y,
junto con el mayor dinamismo de las exportaciones, seguirán respaldando la
actividad interna. Análogamente, las economías del Caribe que dependen del
turismo han comenzado a observar la tan esperada recuperación del arribo de
turistas.
Con respecto a las
políticas…
La caída de los precios del petróleo mitigará las
vulnerabilidades externas y fiscales en algunos países. También brinda una
excelente oportunidad para eliminar gradualmente los costosos y mal focalizados
subsidios a la energía que son tan comunes en la región.
En gran parte de América del Sur, a su vez, el
debilitamiento general de los precios de las materias primas ha aumentado los
déficits en cuenta corriente. Los tipos de cambio flexibles pueden ayudar a
amortiguar este shock externo. Sin embargo, la política fiscal también deberá
adaptarse a la nueva realidad de que los pronósticos anteriores con respecto a
los ingresos derivados de las materias primas y el crecimiento del producto ya
no son realistas. Más allá de estos ajustes, las difíciles perspectivas actuales subrayan la urgente necesidad de aplicar las reformas del lado de la oferta señaladas en nuestros recientes informes sobre las Perspectivas económicas regionales. Para mejorar las perspectivas de crecimiento y avanzar en la reducción de la pobreza en un contexto externo más difícil será necesario redoblar los esfuerzos destinados a mejorar el clima empresarial, elevar la productividad, y aumentar el ahorro y la inversión. Todavía estamos a tiempo de hacer una lista de buenos propósitos para el año nuevo.
Fuente: FMI
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