Natasha Suñe, Raphael Carvalho de Vasconcelos

Resumen

En los primeros años del MERCOSUR, los cuatro países miembros buscaban claramente atraer financiamiento externo tanto de capital extrazona como intrazona. Los protocolos firmados en 1993 y 1994 tornan evidente la relevancia del tema por aquellos años. A partir del año 2000 cambia el panorama normativo regional y los avances en la reglamentación de las inversiones fueron poco consistentes. A pesar de ello, existe un continuo crecimiento en el volumen de recursos directos aplicados por empresas locales en el espacio extraregional, como en la recepción de inversiones en la región. Ante este contexto regional alentador, el sistema de solución de controversias del MERCOSUR debería ser mejor aprovechado y abarcar las inversiones para que los diferendos en la materia puedan resueltos en el seno de la región. El Tribunal Permanente de Revisión debería tener en su competencia de actuación las controversias surgidas en materia de inversiones entre Estados miembros, asociados e, incluso, inversores.

Documento completo en: http://www.revistastpr.com/index.php/rstpr/article/view/59

Eve Rimoldi de Ladmann

Resumen

Analizo los cambios a los cuales asistimos en el mundo actual, que implican un cambio de civilización. Las nuevas tecnologías de las comunicaciones permiten un acercamiento que supera las distancias así como un mejor conocimiento, influyendo también en las relaciones económicas pasando de “sociedades de producción” a “sociedades del conocimiento”. Comprenderlos nos permitirá subsistir como Región.

El desarrollo de la comunicación no sólo influye en el sistema político, sino que modifica también las relaciones comerciales.

Los procesos de regionalización no constituyen entonces una creación arbitraria ni un proceso ideológico, sino una respuesta a las nuevas necesidades que pueden advertirse, intentando entonces acercar soluciones a los problemas que han surgido no sólo en los países del tercer mundo.

Documento completo en: http://www.revistastpr.com/index.php/rstpr/article/view/57

Alexander Graham Bell, noting how the sun’s rays ignite paper only when focused in one place, advised, “Concentrate all your thoughts upon the work at hand.” Yet ordinarily our attention wanders, a sitting duck for whatever distraction comes our way – especially when our email inbox alone offers constant distractions that seem urgent, but are just not that important.

Then there’s multitasking, which really means switching from one narrow focus to another – the mind cannot hold more than one at a time in what’s called “working memory.” So interrupting one task with another can mean taking many minutes to get your original focus back to speed.

The opposite of multitasking is single-tasking, the ability to bring our focus to bear fully on just what we are doing. It comes to us naturally in those do-or-die times when a deadline forces us to focus fully. But how can we have that full concentration during the rest of our work life – or our life in general?

Mindfulness is one answer. When we are mindful we bring an even, full attention to whatever is at hand. It gives us the power to move our concentration from place to place as we move through our day – finishing a report, relishing a meal, loving a child.