Nos encontramos frente a un nuevo y desafiante entorno en materia de comercio e inversión
Aunque la economía mundial está creciendo, la región se enfrenta al desafío de prepararse para una posible reacción en contra de la globalización, en un contexto de precios de los productos básicos bajos y tasas de interés altas. Los resultados del referéndum en favor del BREXIT, la reciente decisión de los Estados Unidos de no ratificar el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y el llamado a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han puesto un freno a la tendencia hacia mega acuerdos comerciales preferenciales (ACP).
Actualmente, es difícil predecir el rumbo que tomarán los acuerdos comerciales mundiales. Los principales países industrializados, como EE. UU., Europa o Japón, podrían liderar un resurgimiento de la marcha hacia mega acuerdos; tal vez China guíe un nuevo regionalismo, marcado por acuerdos menos profundos y menos ambiciosos; alternativamente, el mundo podría pasar sólo a acuerdos bilaterales; o en otro extremo, podrían surgir fricciones comerciales globales cada vez mayores. La prosperidad global de la posguerra se ha construido, en gran medida, en un régimen comercial mundial relativamente abierto, por lo que tal vez un status quo modificado, con un énfasis mucho mayor en la compensación de los que han perdido, ganará el debate. Pero la posibilidad de resultados menos benignos no debe ser ignorada.
Sea cual fuere el escenario que prevalezca, la región no podrá sino beneficiarse de un mercado interno plenamente integrado y más eficiente. El mosaico actual de acuerdos comerciales relativamente pequeños -cuyo tamaño limitado contribuye poco a aumentar la productividad- se volvería irrelevante en medio de una marea de acuerdos más amplios y difícilmente funcionaría como una póliza de seguro en un escenario de tipo conflicto comercial más extremo. Por el contrario, un mercado unificado, con un valor aproximado de 5 billones de dólares, o aproximadamente el 7% del PIB mundial, puede ofrecer ganancias tangibles, a costos económicos y políticos modestos; es una oportunidad a la vista, en un mundo con pocas alternativas obvias. |