Sin embargo, se observan diferencias en el ímpetu del crecimiento entre, en líneas generales, el norte y el sur de la región. Si bien la primavera parece estar en el aire en México, América Central y algunos países de la región del Caribe, el clima económico sigue siendo muy frío en gran parte de América del Sur. ¿A qué se deben estas perspectivas divergentes, y cómo puede volver a dibujarse un panorama más soleado en toda la región?
Aires primaverales en el norte…
Los dos factores externos que determinan de manera fundamental las perspectivas de la región son los siguientes:
• La sólida recuperación en Estados Unidos, con un crecimiento proyectado del 3 por ciento en 2015.
• El persistente debilitamiento de los mercados mundiales de materias primas, incluido el colapso de los precios del petróleo desde mediados de 2014.
Para la mayor parte de las economías de América Central y el Caribe, ambos factores son positivos. Como están vinculadas a la economía estadounidense a través del comercio, las remesas y el turismo, se beneficiarán del mayor dinamismo de la actividad en Estados Unidos, incluso si esto supone un aumento gradual de las tasas de interés en este país. Al mismo tiempo, el abaratamiento del petróleo representa un alivio importante, puesto que reduce los costos de importación promedio en 3-4 puntos porcentuales del PIB . El repunte del crecimiento sería más vigoroso si no fuera por los perdurables problemas internos que continúan afectando negativamente a la actividad; sobre todo, las débiles posiciones fiscales en muchos países y los importantes desafíos en materia de competitividad en las economías del Caribe dependientes del turismo. Un entorno externo más favorable brinda una buena oportunidad para abordar estos problemas.