Acaba de iniciar el 2012 y es natural preguntarse qué le depara el año nuevo a las economías de América Latina, sobre todo cuando la crisis financiera en Europa persiste.
Sin duda, el entorno económico global será menos favorable. El crecimiento se ha atenuado en los países más grandes de la región. En el norte, Estados Unidos está creciendo un poco más rápido, pero en otras regiones la actividad se está desacelerando, incluso en China, que es un gran comprador de materias primas de la región.
Más importante aun es que los mercados financieros internacionales siguen bajo tensión, debido a que persisten dudas respecto a la salud de las economías avanzadas:
La evolución de la crisis financiera europea presenta el mayor riesgo. Los avances logrados hasta ahora hacia una solución integral de la situación fiscal y bancaria de Europa aun no han calmado a los mercados financieros.
Estados Unidos también presenta riesgos, dado que aún no ha establecido un balance duradero para la política fiscal, que le permita apoyar el crecimiento a corto plazo y asegurar la sostenibilidad a largo plazo.
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